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Fondo de Mujeres de Serbia y Alquimia se encuentran para hablar de solidaridad feminista
4 Mayo, 2023
Notas
En la imagen se muestran integrantes de la Equipa de Alquimia, RWF y Ecolety. Aparecen posando juntes en un ventanal y de fondo se ven árboles y plantas.

En marzo recibimos la visita del Reconstrution Women Fund (RWF), fondo para mujeres ubicado en Serbia, al este de Europa. Compartir con el equipo ejecutivo de Alquimia e intercambiar visiones sobre solidaridad feminista en el marco de la movilización de recursos, fueron los aspectos centrales del encuentro.

“Vinimos a visitar a Alquimia porque siempre hemos escuchado de las generaciones previas del RWF, que somos fondos muy hermanas en el sentido político, de articulación política. También esta visita está dentro del marco de desarrollar o pensar qué sería la solidaridad feminista o -como nosotros la llamamos todavía- filantropía feminista. Nos interesa ver cómo desarrollar esta idea y aprenderla”.

Con estas palabras, la coordinadora Ejecutiva del RWF, Đurđa Trajković, explicó las razones que la trajeron a Chile desde la Península de los Balcanes. En ese sector, marcado por años de intensas guerras étnicas, está Serbia, cuna del Reconstruction Women Fund, uno de los 44 fondos de mujeres que componen Próspera, red global de fondos. Đurđa llegó a Chile junto a Galina Maksimović -coordinadora de Programas del RWF- para forjar un encuentro entre nuestras organizaciones y compartir visiones sobre Solidaridad Feminista, un concepto en construcción desarrollado por Alquimia y que está tomando fuerza en distintos espacios.

En ese sentido, Alquimia se posiciona como una organización que moviliza recursos, es decir, que recauda y entrega aportes económicos como una práctica política de solidaridad feminista para aportar a los movimientos sociales, de mujeres y de diversidades sexo-genéricas.

Entendemos la solidaridad feminista como un valor político que emana de actos de colaboración y entrega con otrxs para buscar soluciones en conjunto frente a los problemas y desigualdades sociales. Se vive en acciones cotidianas y concretas de respeto y apoyo, como un acto de reciprocidad donde las acciones de generosidad así como se reciben, se devuelven sin distinciones y a través de actos. Es una forma de construir oportunidades para mejorar y transformar la vida en comunidad y su futuro en la tierra.

Al mismo tiempo, el encuentro entre Alquimia y el RWF nos dio la oportunidad de compartir visiones sobre lo que pasa en nuestros territorios y los desafíos a los que se enfrentan los movimientos hoy: “Aunque no hay similitudes absolutas, hay ciertas experiencias históricas que compartimos, como el fallo de la justicia transicional, una economía marcadamente extractivista y una amenaza latente de los fundamentalismos”, señaló Đurđa Trajković.

Parte del encuentro contó con la participación de activistas de Ecolety y Lelapp. Las primeras son una cooperativa feminista que activa en San Bernardo desarrollando estrategias y acciones para conciliar la vida personal, familiar y el trabajo de las mujeres. Lelapp por su parte, es una plataforma virtual co-creada por más de 30 activistas lesbofeministas y disidencias para generar redes de apoyo mutuo entre colaboradoras/es y personas que necesiten ayuda.

Ambas organizaciones compartieron sus visiones territoriales en un contexto global marcado por la avanzada fundamentalista y de grupos antiderechos. En conjunto, tuvimos la oportunidad de compartir imágenes, narrativas y acciones feministas y solidarias que están realizando las y les activistas, organizaciones y movimientos sociales tanto en Chile como en Serbia.

Respecto a nuestro rol como fondos de mujeres, coincidimos en la visión de construir trabajos articulados y en conjunto. En ese sentido, Alquimia relevó el trabajo en alianza realizado en América Latina, que refleja el fortalecimiento de lazos comunitarios como parte de nuestro propósito común de rearticular los movimientos junto a las comunidades y sus territorios.

Antes de irse, Galina Maksimović compartió algunas palabras sobre el encuentro: “Me llevo una gran dosis de esperanza; una esperanza que proviene de Latinoamérica en general. Me voy con una sensación de poder y con la conciencia de que ese poder va ligado a una responsabilidad. También me marcho con nuevos pensamientos sobre cuáles son esas responsabilidades y de cómo podemos mejorar”.

Asimismo, cerró con sus esperanzas para el futuro: “Quisiera decir que mientras nos mantengamos fieles a nuestras raíces feministas, mientras seamos capaces de vernos las unas a las otras como personas, mientras podamos visualizar nuestro activismo y alcanzar un cierto nivel de identificación, mientras seamos capaces de llegar al terreno mismo y a quienes conforman las comunidades y que prestemos servicios de la mejor forma posible en este contexto capitalista, hay esperanza sobre la existencia de un mundo distinto”.

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